arriba, donde la bóveda se apuntala, en la trastienda de la
noche rociada de
goteras,
cristales sucios escaleras arriba, donde babel no alcanza,
como un horizonte vertical,
y monedas gastadas
con la cara oxidada de cruzar la estigia
demasiadas idas y vueltas,
donde el cuello firme y la vena hinchada,
y la sangre que sostiene la
cabeza
y la sangre en la cabeza
para que el desmayo no entorpezca la
llamada
a la eternidad, y la imagen,
que después de atravesar un espejo tan
espeso,
tan cansada.
de palabra y ceniza.
este lenguaje que me oprime,
y sólo recoge el aire de
nombrarte, y
no te concibe,
el lenguaje que me queda,
el que he perdido,
palabras
que tengo en la punta del olvido;
que el alma se apiade.
,
No pone quién es la autora, pero no hace falta.
ResponderEliminarAbrazos
El autor es Kynikos. Lo pone.
Eliminares una maravilla leer a Kynikos, una extraordinario maravilla.
ResponderEliminarabrazos.
Me resulta una imprecación al infinito y una constatación de que andamos maravillosamente perdidos por el espacio y por el tiempo y desde el desconcierto radical somos capaces de articular palabras, ensartarlas y comunicárnoslas como verdades de ese éter en el que andamos todos flotando. Me ha gustado y desde este sur de Granada envío un beso, unos días antes de encontrarme con Pilar que viene de viaje. Eso espero con gusto
ResponderEliminarde palabra y ceniza.
ResponderEliminareste lenguaje que me oprime,
y sólo recoge el aire de nombrarte, y
no te concibe,
el lenguaje que me queda,
el que he perdido,
palabras
que tengo en la punta del olvido;
que el alma se apiade.
me quedo con este precioso verso
Felicidades al autor o autora. Y a tí Pili por compartir.