domingo, 25 de agosto de 2013

HAGAMOS TRES TIENDAS CON UN SOLO DE LUCES

(diei vesper erat)



I.
"...igual que un puñado de poemas
a punto de ser narcotizados por el frío

justo ahí
en la intemperie fibrosa del silencio
en el borde casual de la matanza
...

como si morirse de verdad
fuera algo demasiado inútil

o apenas darnos cuenta
presos de la humedad y del mareo
que morirse
es también un pacto

una promesa

entonces
la gangrena del vacío...

la saliva pascual
como perjurio
un segundo antes del poema de amor

o la ambulancia deformada
que trina su feroz urgencia
en el medio de un océano de escarcha

como pensarte
y levantar ancla, pero bajar
bajar hasta tus sótanos
saberlo todo
para enmudecer

(hay una casa frente al mar
repleta de pájaros y traumas
hay también una boca herida)

vamos
que afuera es adentro

no pretendo lavarle la mejilla a esta noche maldita que de tanto en tanto revive en su mirada y me dice cosas extrañas -tres secuencias y un solo cabello-, con viento norte pariendo lo que me escarbas de tan feroz, aprender a estar de pie cuando los demás están navegando detrás de las montañas, simular una maravilla de tragedias, o de milagros, y quedarse dormido, dormido pero sutilmente expectante, para surgir en el borde de la arena como sólo surgen las miserias cuando desde la noche alguien te arrebata sin asco el hijo del sosiego

porque hay una militancia azul de espantapájaros
incendiando
el fundamento agrio de la bofetada

y mártires que por ti dan la vida
en la gruta oculta
donde se mueren todas las palabras

que tengo tus serpientes
plasmadas en mis serpientes
que se avecinan las nubes
la ancianidad
y el truco fatídico del hambre

y la herida
que crece
mientras en los orfanatos del sol
las hienas
adoptan el llanto
como cruces
y enfisemas

sabes?....



tengo una hoja en blanco

más abajo del mar



y es tuya"



[S. Lange]

     

II. 

21 de junio







Caída

Ahora has percibido la polifonía de la luz.
Luminosidad sonora que se expande
en su cósmica diafanidad. El eco, sin embargo,
produce burbujas irisadas en el silencio.
Tu cuerpo gira en caída libre sin miedo ni vértigo.
Sabes que no habrá golpe en la absoluta infinitud.

***

22 de junio

Cualquier civilización es susceptible de ruina.
Hubo cataclismos que borraron todo vestigio.
Ni una huella para la fruición de los arqueólogos.
Al final, el pasado en nada se distingue del futuro.

***


23 de junio

Contaría uno a uno los granos de arena
de esta playa del sur para demorar
a contratiempo la llegada de la noche
y fermentar con lentitud la levadura
del deseo, mientras tu cuerpo se ofrece
al sol en la decantación de su flama.

***


24 de junio

Tan frágiles los recuerdos
de la más tierna infancia...
Cuando caen al fondo de la memoria,
se hacen añicos.

***


25 de junio

En el jardín de Kafka
los insectos celebran la fiesta
de su Metamorfosis. En el ojo
izquierdo de la calavera ornamental
se esconde el escarabajo áureo.
Si te atreves a agitarla
y el coleóptero cae de espaldas,
encontrarás el tesoro de Darío.
Pero habrás de recordar
el conjuro del criptograma:
"¡Oh, quién fuera hipsipila
que dejó la crisálida".

***


26 de junio

Pulsión de caer

Caerse de bruces
Caer en la cuenta
Caer en el descuido
Caer en el error
Caer en el descrédito
Caer en el desprecio
Caer en desgracia
Caer en el olvido
Caer en silencio
Caerse el alma a los pies...
¡Y no tener donde caerse muerto!

***


27 de junio

Es verano y el río
parece más cansado.
Las aves atardecen en el soto
y urgen al sol
para que cierre el día.
La ciudad será lecho de amor
cuando la luna encienda
su reflejo en el agua.
En la orilla germinan
las semillas del tiempo.

***

28 de junio

El corazón, la aguja;
la memoria, el ovillo.
El tejido: La vida.

No hay tiempo a nuestra edad,
cualquiera que esta sea,
que pueda destejer el hilo
del recuerdo.

Mi memoria, el ovillo;
tu corazón, la aguja...
Tejiendo nuestras vidas

***


29 de junio

"No hay solo andar, también silencio, en tu reloj,
que además ignora el caminar en círculo".

Joseph Brodsky



Todos los alambres deambulados. En el diario
solo queda una hoja. La luna errante se cubre
con un velo, como una novia que espera y duda
en el altar si volveré con un sueño o una promesa.
Las horas están contadas. Sobre la esfera del reloj
un escorzo y la penúltima reverencia.

***




30 de junio

ADIÓS

Deserté del vacío que se abría
entre tus emociones y mis pies.
Desvertigué la altura desde el cielo
al que mirabas tú tras mi traspié.
Me espera el océano del olvido
con sus olas de adiós y de vaivén.
Si un día nos encontramos en la playa,
recuerda lo que al viento le llevé.
 
 
[Miguel Cobo Rosa]



III. 

( Mester de paganía)





[Jorge Javier Molina. Julià Roig. Francisco de Paula ]


IV. 

pedacitos








papá dice que lloré antes de nacer
“llorabas dentro del útero de tu madre”
él esperaba en el umbral de la sala de partos
y entró al escucharme llorar.
aun estabas dentro, dice
ser-llanto-antes-que-cuerpo.



el día de mi cumpleaños siempre hace calor.
es invierno, pero todos los cinco de julio hace calor.
lo sé porque un amigo de mis padres
enterró a su hijo ese día, y cuenta
que recuerda cómo las gotas de sudor caían entre las ropas
le cubrían la cara
mientras el rabino echaba tierra al pequeño cajón.
todos los años a partir de ese día, es la misma historia: el sudor
el rabino
la tierra.
éste cinco de julio, hubo niebla. demasiada niebla,
y yo pensé en él y su camino al cementerio.
una vez escuché que lloraba y repetía que el mundo le está en deuda
por haberle quitado a su hijo.
yo
mientras miro la niebla sobre el río pienso
que no soy capaz de enumerar todo lo que debo al universo.



mi maestra de tarot dice que mi día
consiste en romperme en varios pedazos
como una tetera estrellándose contra el suelo
me rompo y luego,
sigo rompiendome.
pequeños pedazos de mí dispersos por todos lados
hasta que en un momento del día
empiezo a reconstruirme.
dice: intentás pegar los pedacitos lo mejor posible
para poder llegar a la noche al menos
un poco entera,
y dormir.

winicott intentó explicarme algo así como que una madre que no es
lo suficientemente buena
cría niños con el ego endeble.
yo soy hija
y madre.
repetí la materia de winnicott más de tres veces.
los profesores nunca entendieron por qué en algún momento de la clase
tenía que irme para disimular mi llanto.
hay demasiados pedacitos de mí en el aula, profesor,
no puedo.

hace poco leí un artículo que hablaba del ego de carver
que sólo escribía sobre sí mismo.
“sus angustias existenciales y reales: él hijo-él padre-la falta de dinero-el amor-las pérdidas-etc”
le cuento a un chico con el que estaba mi teoría mal formulada sobre el ego endeble de carver
y del mío.
cachás? le digo, yo sólo sé escribir sobre mí misma.
lo miro y me río.
él no se ríe. me mira con desprecio (ésta tarada se está comparando con carver?!)
sigo riendo,
él no. él quería coger.
yo solo quería irme.



sabés?
casi todo lo que escribo es mentira.
debo el alquiler
miro por la ventana
tengo un telescopio que no sé usar y una gata.
todos los cáctus que tenía irán a la basura.
hoy mismo mis cáctus irán a la basura.



por la ventana del balcón entra el sol.
mucho sol,
ya no puedo ver la pantalla en la que escribo.
pasaron dos días desde el cinco de julio y recién hoy hace calor.
el amigo de mis padres debe estar sudando en el cementerio.
se quedó a dormir hasta que finalmente el calor llegó.
necesita que el sudor no lo deje ver.

yo también.
 
 
 
[Lila Biscia]


V.
sotnias
 
empiezo a escribir a las cuatro y veinte de la madrugada:
una noche más sin poder confiar en mí,
una noche más de café con leche
y últimos calos de un verde que apuro hasta el infinito de mi codo.

una noche más pensando en Sarco
y en escribirle de una vez esa maldita carta que le debo;
y esa muerte tan cercana,
tan idéntica,
tan semblante a la nuestra.

definitivamente este mundo no es para mí,
quiero tomarlo a sus vicios hasta el infinito de lo imaginativo
y la vida se empeña en expandirse a golpes de tardes apretadas
mañanas excesivamente luminosas
y noches solitarias.

debería dormir,
acostarme de una maldita vez,
entrar en la habitación de Jana
-con la luz del móvil para tratar de no despertarla-
cogerla entre mis brazos llevarla al baño
y que haga pipí para volver a acostarla como quien mece la calma
y con el deber cumplido de las dificultades serias del amor.

pero aquí estoy escribiendo sin saber muy bien hacia dónde
blando,
entristecido,
con la espalda arqueada,
y la piel pegadiza y contagiosa.

barcelona y su verano frenéticamente caluroso,
un ahogo de ciudad tan grande
que hasta el polvo absorbe humedad
y cada día se festeja la ceremonia nupcial de la calima y el bochorno.

me hago viejo
y a medida que el peligro se acerca
pienso en un futuro carnal,
para descansarme y divorciarme de la muerte,
ahora que todo es dolor
un dolor
como regimiento de sotnias brotado al galope
en mitad del alarido de esta noche,
unos corsarios desbocados
prendiendo puñales de fuego en el umbral de mis entrañas.

cuánto calor
y cuánto dolor por soportarse,
y se me hace difícil continuar escribiendo,
como levantarme una mañana más
salir a la calle
y no encontrar un soplo de calma,
una brisa fresca
un abrazo cercano
un bálsamo de palabras
que me sirvan para humedecer
esta sequedad de la razón del no ser
y poder derramarme
-como animal de degüello-
hasta la totalidad de mi disolución.



[David Mariné]




VI.
 
 "Voi sapete ch'io v'amo"

No hay buena voluntad en el poeta que se pone a sufrir entre versos,
porta un marino extraviado y hace, ya por siempre, de ti, de mí,
albatros herido.

Te trepa en lo hondo porque el poema no tiene calles, ni respuestas, ni cobertizos,
como el amor que no tiene puertos,
siempre agotados, braceando sin destino.
Los poemas son dolores que se ciñen a nuestro talle.
Carontes son sus brazos,
avefría que nos huele el invierno por dentro cuando aún creemos sudar vida.

Cada recuerdo se imprime en palabras,
una bestia que acecha, un puntal que se clava en la carne
y que no cesa de tañer la angustia a los sangrantes.

Acostarnos en la violencia, cuando el sabor incrustado en la memoria nos reclama.
Cuando un olor marca el sendero como el buen can que a ciegas vuelve a casa.
Hacer señuelo con nuestra derrota y sentirnos un poco más a salvo.
De eso nos habla el poema cuando perdidos nos encontramos.

Vagaré pues en él,
tendré que hallar la cordura,
definirme ante el vacío.
Siempre una Jeanne Hébuterne enredada entre sus lazos,
tan trágicos.

Cuando ya no quede nada sagrado
y todo sean ardientes calendarios,
posibles bocas como pozos a los que entregarse.
Tan descompuestos cuando la palabra copula con su voz y nace un canto.
Cuando caer en la ranura del olvido es un buscado viaje
que te perfora y te hurga el drama y te ensaliva la memoria que no hace más que derramarse.

Entonces el poema, un pequeño e íntimo holocausto,
perfecta esgrima lírica que tras mucho dolor apenas parece dejar rastro.
 
 
[Julià Roig]


VII.


 
Poema inempezado


No lo entiendo. Si sé que nos hicimos monstruos el uno al otro, terribles bestias de calor empeñadas en empañar cualquier cristal que se nos acercara a menos de un gemido de distancia. No lo entiendo. Si una noche, borrachos como reyes, me cogiste de la mano para meterme en no sé qué edificio oficial y follar en el ángulo muerto de las cámaras de vigilancia. Y girabas la cabeza para mirarme. Y me llamabas hijo de puta. No lo entiendo. Si en cada caricia nos cavábamos con la misma rabia con la que cavan los vencidos delante de las escopetas, si nos mordíamos en un idioma diferente cada vez, si les sacamos los ojos a todos los huracanes que quisieron derribarnos… No lo entiendo. No entiendo que permitamos que lo poco que queda de aquello continúe arrastrándose y pidiéndonos carne. Perro enfermo, exhausto y ciego, que no tenemos el coraje de sacrificar.
 
 
[Francisco de Paula]