sábado, 2 de noviembre de 2013

de noviembre y de amigos



 

 

 

 ende gut alles gut

 

como viruela alta
ac
udes para decirme que nacemos con un pan bajo el brazo;

y no lo resisto más,

sostengo las pruebas y el vestíbulo de la frente baja

nacemos con el esfuerzo de tragarnos la sangre

con el dolor infinito enquistado en la carne,

nacemos alimentados por el calostro de la incertidumbre

y el ardiente murmullo de lo incomprensible

nacemos en un casi muerto que nos cierra los ojos

para que la exclamación del llanto
se nos torne vital
e importante

el dolor:
esa brecha asqueada por la pena,

nos acompaña hasta el grosor de los labios y la boca muerta

no,

ciertamente no nacemos con un pan bajo el brazo
nacemos con el polvoriento trotar del miedo
con las encías sangrando por los estribos,
con los ojos torcidos de velocidad
y rugiendo gemidos por la carrera

y si así fuera
si por un casual de vida ancha,
o de pañal polvoriento de fatiga,
naciéramos con un pan rollizo,
caliente
y espeso,

el paso del tiempo
quebrará la frágil corteza
haciendo de nuestra carne alambre de espino
un lugar sitiado de desiertos,

y nos iremos agostando en esa horno que preside el lamento,

en una masera febril
fermentada por la angustia y el deseo.

 

no amar para vivir y vivir para amar lamentando

me tiendo en el suelo y descanso,
un instante de ojos entornados,
una tregua de lecho carnal que profana mi cerebro,
y me sorprendo braceando en un mar de inquietudes
lleno de pesadillas que no comprendo

a qué distancia se encuentra mi línea de flotabilidad?
cuántas ballenas muertas para tan poco aceite
y cera de semen?

el sol se acerca y la noche
es una lámpara agotada que se consume en la claridad del día,
un nuevo día de espanto
de miedos y silencios
de cuarto y medio de felicidad quemada

hoy soñaré con dormirte en la pradera de mi mar
entre un surco de cebada y trigo

y en un horno inquieto de sal,
coceré el pan,
para el brazo que ya no tengo.

 [David Mariné]












 
 


*despertar en un futuro de ventanales
más allá de la crianza en el azote
confundirnos
en el altar morboso de los ceniceros

sentir caer nuestros despojos
como si fuesen atroces penitenciarías

y fumarnos el agobio
en la perfecta resurrección de nuestra especie
repleta de bestias y amuletos
de ciudades que arden en su inmenso deterioro
o, quizás, en el evangelio azul de un vello que no fue
entrando directo al corazón, violento
como sólo entra un secreto vencido y atrofiado
por la palabra
y el poema

un cargamento de preguntas
irritando la tranquilidad de los continentes
poniéndonos cara a cara con la cobardía, nerviosos
enfervorizados
silentes
con la entereza de los manicomios
viendo la inmortalidad de un mar
que se burló sin piedad
de la tragedia de sus olas

poseo la actitud inefable
de un hombre que se detiene en el medio de un bosque
porque sintió morir un orgasmo entre los matorrales

poseo, además
un récord de alaridos
descansando histéricos
en la preciosidad de sentirte cerca

y por si fuera poco
también tengo un funeral de aves
que goza en no acabar nunca
se ríe, es largo, repleto de pañuelos y pijamas
mujeres que lloran detrás de un féretro vacío
niñitos que se miran sorprendidos las heridas en sus manos
y tú, sirena demencial
insistes en envolverte de refranes
y misterio

entonces te adoro
por ello

somos los padres solteros
de un amor que lo tradujo el viento

pero, ¿hay suficiente agua

para ahogar a los pájaros?

o dicho de otra manera, ¿hay suficientes pájaros

para trinarnos el ahogo?


como si la patria del deseo
nos estuviera destruyendo poco a poco
antes de volvernos a creer
 
 
[S. Lange]








nosotros

una casa vacía antecede la oración:
los que no sabemos amar,
escribimos
los que temblamos cuerpo en la entrega,

escribimos

los que gemimos el verso de otros

los que buceamos abismos

los que lloramos ausencia o
gritamos la falta


nosotros,
que nos reconocemos en piel y
desesperanza
-el miedo-
(te intuyo caminando sobre la cornisa)

nos amamos a aullidos
hacia adentro
mientras
gritamos el desenfreno del sexo perdido y

nos cubrimos a palabras:
había un parque al que iba de niña. me gustaba comer
arena. dibujar figuras sobre el agua
con mis dedos. soñé con atrapar a un pez, tragarlo y
dejarlo crecer dentro de mi vientre.


el tiempo
se obstina en hacernos creer incapaces de
tomar una cuerda y caminarla pero:
la poética de tus dedos aniquila el verbo,
tus manos
recipiente impune de mi orgasmo y el sueño

de una habitación que nos albergue en silencio y devore la razón.


nosotros
-temerosos inciertos linyeras-
acunamos agujeros y sabemos a grietas

cuando nos dejamos escribir la carne
somos libres.
 
 
 
[Lila Biscia]






*EN LA SOLEDAD DE MIS PASEOS
 
 
 

En la soledad de mis paseos

veo crecer silenciosos girasoles

escucho a las abubillas

y a las chicharras.

Moscas y mariposas

vuelan frenéticas

mientras en lo alto

muy lejos

una rapaz chilla.

Preocuparse por la muerte es fútil.

Girasoles y abubillas,

chicharras y mariposas

mueren continuamente

y continuamente nacen,

hechos ambos

a los que ninguno de sus congéneres

atribuyen la menor relevancia.

Preocuparse por la muerte

es una ocupación estéril.

Sería mucho más práctico ocuparse de la vida,

pienso mientras camino.

Pero luego llego a mi casa

abro los ojos

y reconozco que a la gente no le preocupa ni la muerte

ni la vida

sino pagar la hipoteca.

Creo que tanto paseo en soledad

Acaba emborrachándome.

 

 

[Marta Gracia Blanco]


 



          ***************











Relato                 -COMA-


Creo que por fin se han puesto de acuerdo. Siento que se ha calmado la tensión a mi alrededor.

Ha entrado la nueva enfermera, es más joven. Reconozco sus pasos y su olor. Es suave, me gusta. Anda como si yo estuviera dormido y no quisiera despertarme. Sus movimientos sobre mi cuerpo son lentos, delicados. Es la única que me habla. Me hace preguntas que ella misma se responde: ¿Te encuentras bien? ¡Estupendo! ¿Has dormido? ¡Qué alegría! Eso es que se acerca la primavera. Si vieras cómo están los rosales del jardín... Espero cada mañana esos breves monólogos, me hacen sentir vivo.

No sabría decir cuántos, pero son ya muchos, demasiados, los meses que llevo en esta cama oyendo entrar y salir a gente que me ignora, que me manipula, sin recordar que aún soy una persona. No los culpo, en realidad, no lo soy. Poco queda ya de humano en mí.

Los sonidos me orientan a lo largo del día. Son monótonos, tediosos. Largos silencios alterados solo por el diapasón que marca el ritmo de mis latidos y el subir y bajar de una máquina que me mantiene con vida. Es todo lo que me queda, lo que oiré el resto de mi vida. Dos palabras que han perdido todo significado para mí: el resto de mi vida. De nada sirve saber el día y la hora, es el resto de mi vida, aunque tenga fecha de caducidad. Una vida inútil que a nadie beneficia, ni tan solo a mí. Vivo solo de recuerdos, de ellos me alimento mientras esa máquina me obligue a respirar. ¡Qué impotencia!

Qué pesar ver a los míos desgarrarse por mivida. Mi destino los ha enfrentado en una lucha estéril. ¡Qué importa ya! Mi vida es una muerte en vida. Ha sido doloroso ser testigo mudo, un convidado de piedra a mi última cena. Mi madre se aferra a mí y a una evidencia que no puede afrontar. Mientras oiga latir mi corazón, necesita creer que estoy vivo. Ella fue la primera que lo sintió.

Mi mujer, mi amor, no quiere verme así, inerte, pero se resiste a dejarme marchar. Me pregunta y se desespera porque no recibe respuestas. Aunque ella sabe bien cuál es mi deseo. Déjame ir, por favor. ¿Cómo decírselo? ¿Cómo decirle que no soy nada, nada más que un cuerpo que otros esperan para repartírselo, como fieras carroñeras. Tampoco los culpo, ¡qué egoísmo sería llevarme mi cuerpo entero cuando todo acabe! Me reconforta pensar que mi muerte indultará otras vidas, también sentenciadas.

Cuántas veces ponía ella su cabeza sobre mi pecho y lo oía latir, fuerte, potente. Nunca imaginó que mi corazón latiría en el cuerpo de otra persona.

Ya entran. Ojalá sea el final.
 
 
[Marta Coloma]




*Tus versos feroces

Te arrancas una piel que no sabías que aun tenías
y me enseñas tu esternón orgulloso,
tus intestinos, tus pulmones, tu corazón
como un puño,
tu corazón como un puño que viene a golpearme
a demostrarme la vida,
como una planta invasora,
a sujetarme entre aleluyas,
a mostrarme como es capaz de brillar nuestra suciedad
y qué bien nos sientan los harapos hechos con deseo y
desesperación.
 
 
[Julia Roig ]


 

domingo, 25 de agosto de 2013

HAGAMOS TRES TIENDAS CON UN SOLO DE LUCES

(diei vesper erat)



I.
"...igual que un puñado de poemas
a punto de ser narcotizados por el frío

justo ahí
en la intemperie fibrosa del silencio
en el borde casual de la matanza
...

como si morirse de verdad
fuera algo demasiado inútil

o apenas darnos cuenta
presos de la humedad y del mareo
que morirse
es también un pacto

una promesa

entonces
la gangrena del vacío...

la saliva pascual
como perjurio
un segundo antes del poema de amor

o la ambulancia deformada
que trina su feroz urgencia
en el medio de un océano de escarcha

como pensarte
y levantar ancla, pero bajar
bajar hasta tus sótanos
saberlo todo
para enmudecer

(hay una casa frente al mar
repleta de pájaros y traumas
hay también una boca herida)

vamos
que afuera es adentro

no pretendo lavarle la mejilla a esta noche maldita que de tanto en tanto revive en su mirada y me dice cosas extrañas -tres secuencias y un solo cabello-, con viento norte pariendo lo que me escarbas de tan feroz, aprender a estar de pie cuando los demás están navegando detrás de las montañas, simular una maravilla de tragedias, o de milagros, y quedarse dormido, dormido pero sutilmente expectante, para surgir en el borde de la arena como sólo surgen las miserias cuando desde la noche alguien te arrebata sin asco el hijo del sosiego

porque hay una militancia azul de espantapájaros
incendiando
el fundamento agrio de la bofetada

y mártires que por ti dan la vida
en la gruta oculta
donde se mueren todas las palabras

que tengo tus serpientes
plasmadas en mis serpientes
que se avecinan las nubes
la ancianidad
y el truco fatídico del hambre

y la herida
que crece
mientras en los orfanatos del sol
las hienas
adoptan el llanto
como cruces
y enfisemas

sabes?....



tengo una hoja en blanco

más abajo del mar



y es tuya"



[S. Lange]

     

II. 

21 de junio







Caída

Ahora has percibido la polifonía de la luz.
Luminosidad sonora que se expande
en su cósmica diafanidad. El eco, sin embargo,
produce burbujas irisadas en el silencio.
Tu cuerpo gira en caída libre sin miedo ni vértigo.
Sabes que no habrá golpe en la absoluta infinitud.

***

22 de junio

Cualquier civilización es susceptible de ruina.
Hubo cataclismos que borraron todo vestigio.
Ni una huella para la fruición de los arqueólogos.
Al final, el pasado en nada se distingue del futuro.

***


23 de junio

Contaría uno a uno los granos de arena
de esta playa del sur para demorar
a contratiempo la llegada de la noche
y fermentar con lentitud la levadura
del deseo, mientras tu cuerpo se ofrece
al sol en la decantación de su flama.

***


24 de junio

Tan frágiles los recuerdos
de la más tierna infancia...
Cuando caen al fondo de la memoria,
se hacen añicos.

***


25 de junio

En el jardín de Kafka
los insectos celebran la fiesta
de su Metamorfosis. En el ojo
izquierdo de la calavera ornamental
se esconde el escarabajo áureo.
Si te atreves a agitarla
y el coleóptero cae de espaldas,
encontrarás el tesoro de Darío.
Pero habrás de recordar
el conjuro del criptograma:
"¡Oh, quién fuera hipsipila
que dejó la crisálida".

***


26 de junio

Pulsión de caer

Caerse de bruces
Caer en la cuenta
Caer en el descuido
Caer en el error
Caer en el descrédito
Caer en el desprecio
Caer en desgracia
Caer en el olvido
Caer en silencio
Caerse el alma a los pies...
¡Y no tener donde caerse muerto!

***


27 de junio

Es verano y el río
parece más cansado.
Las aves atardecen en el soto
y urgen al sol
para que cierre el día.
La ciudad será lecho de amor
cuando la luna encienda
su reflejo en el agua.
En la orilla germinan
las semillas del tiempo.

***

28 de junio

El corazón, la aguja;
la memoria, el ovillo.
El tejido: La vida.

No hay tiempo a nuestra edad,
cualquiera que esta sea,
que pueda destejer el hilo
del recuerdo.

Mi memoria, el ovillo;
tu corazón, la aguja...
Tejiendo nuestras vidas

***


29 de junio

"No hay solo andar, también silencio, en tu reloj,
que además ignora el caminar en círculo".

Joseph Brodsky



Todos los alambres deambulados. En el diario
solo queda una hoja. La luna errante se cubre
con un velo, como una novia que espera y duda
en el altar si volveré con un sueño o una promesa.
Las horas están contadas. Sobre la esfera del reloj
un escorzo y la penúltima reverencia.

***




30 de junio

ADIÓS

Deserté del vacío que se abría
entre tus emociones y mis pies.
Desvertigué la altura desde el cielo
al que mirabas tú tras mi traspié.
Me espera el océano del olvido
con sus olas de adiós y de vaivén.
Si un día nos encontramos en la playa,
recuerda lo que al viento le llevé.
 
 
[Miguel Cobo Rosa]



III. 

( Mester de paganía)





[Jorge Javier Molina. Julià Roig. Francisco de Paula ]


IV. 

pedacitos








papá dice que lloré antes de nacer
“llorabas dentro del útero de tu madre”
él esperaba en el umbral de la sala de partos
y entró al escucharme llorar.
aun estabas dentro, dice
ser-llanto-antes-que-cuerpo.



el día de mi cumpleaños siempre hace calor.
es invierno, pero todos los cinco de julio hace calor.
lo sé porque un amigo de mis padres
enterró a su hijo ese día, y cuenta
que recuerda cómo las gotas de sudor caían entre las ropas
le cubrían la cara
mientras el rabino echaba tierra al pequeño cajón.
todos los años a partir de ese día, es la misma historia: el sudor
el rabino
la tierra.
éste cinco de julio, hubo niebla. demasiada niebla,
y yo pensé en él y su camino al cementerio.
una vez escuché que lloraba y repetía que el mundo le está en deuda
por haberle quitado a su hijo.
yo
mientras miro la niebla sobre el río pienso
que no soy capaz de enumerar todo lo que debo al universo.



mi maestra de tarot dice que mi día
consiste en romperme en varios pedazos
como una tetera estrellándose contra el suelo
me rompo y luego,
sigo rompiendome.
pequeños pedazos de mí dispersos por todos lados
hasta que en un momento del día
empiezo a reconstruirme.
dice: intentás pegar los pedacitos lo mejor posible
para poder llegar a la noche al menos
un poco entera,
y dormir.

winicott intentó explicarme algo así como que una madre que no es
lo suficientemente buena
cría niños con el ego endeble.
yo soy hija
y madre.
repetí la materia de winnicott más de tres veces.
los profesores nunca entendieron por qué en algún momento de la clase
tenía que irme para disimular mi llanto.
hay demasiados pedacitos de mí en el aula, profesor,
no puedo.

hace poco leí un artículo que hablaba del ego de carver
que sólo escribía sobre sí mismo.
“sus angustias existenciales y reales: él hijo-él padre-la falta de dinero-el amor-las pérdidas-etc”
le cuento a un chico con el que estaba mi teoría mal formulada sobre el ego endeble de carver
y del mío.
cachás? le digo, yo sólo sé escribir sobre mí misma.
lo miro y me río.
él no se ríe. me mira con desprecio (ésta tarada se está comparando con carver?!)
sigo riendo,
él no. él quería coger.
yo solo quería irme.



sabés?
casi todo lo que escribo es mentira.
debo el alquiler
miro por la ventana
tengo un telescopio que no sé usar y una gata.
todos los cáctus que tenía irán a la basura.
hoy mismo mis cáctus irán a la basura.



por la ventana del balcón entra el sol.
mucho sol,
ya no puedo ver la pantalla en la que escribo.
pasaron dos días desde el cinco de julio y recién hoy hace calor.
el amigo de mis padres debe estar sudando en el cementerio.
se quedó a dormir hasta que finalmente el calor llegó.
necesita que el sudor no lo deje ver.

yo también.
 
 
 
[Lila Biscia]


V.
sotnias
 
empiezo a escribir a las cuatro y veinte de la madrugada:
una noche más sin poder confiar en mí,
una noche más de café con leche
y últimos calos de un verde que apuro hasta el infinito de mi codo.

una noche más pensando en Sarco
y en escribirle de una vez esa maldita carta que le debo;
y esa muerte tan cercana,
tan idéntica,
tan semblante a la nuestra.

definitivamente este mundo no es para mí,
quiero tomarlo a sus vicios hasta el infinito de lo imaginativo
y la vida se empeña en expandirse a golpes de tardes apretadas
mañanas excesivamente luminosas
y noches solitarias.

debería dormir,
acostarme de una maldita vez,
entrar en la habitación de Jana
-con la luz del móvil para tratar de no despertarla-
cogerla entre mis brazos llevarla al baño
y que haga pipí para volver a acostarla como quien mece la calma
y con el deber cumplido de las dificultades serias del amor.

pero aquí estoy escribiendo sin saber muy bien hacia dónde
blando,
entristecido,
con la espalda arqueada,
y la piel pegadiza y contagiosa.

barcelona y su verano frenéticamente caluroso,
un ahogo de ciudad tan grande
que hasta el polvo absorbe humedad
y cada día se festeja la ceremonia nupcial de la calima y el bochorno.

me hago viejo
y a medida que el peligro se acerca
pienso en un futuro carnal,
para descansarme y divorciarme de la muerte,
ahora que todo es dolor
un dolor
como regimiento de sotnias brotado al galope
en mitad del alarido de esta noche,
unos corsarios desbocados
prendiendo puñales de fuego en el umbral de mis entrañas.

cuánto calor
y cuánto dolor por soportarse,
y se me hace difícil continuar escribiendo,
como levantarme una mañana más
salir a la calle
y no encontrar un soplo de calma,
una brisa fresca
un abrazo cercano
un bálsamo de palabras
que me sirvan para humedecer
esta sequedad de la razón del no ser
y poder derramarme
-como animal de degüello-
hasta la totalidad de mi disolución.



[David Mariné]




VI.
 
 "Voi sapete ch'io v'amo"

No hay buena voluntad en el poeta que se pone a sufrir entre versos,
porta un marino extraviado y hace, ya por siempre, de ti, de mí,
albatros herido.

Te trepa en lo hondo porque el poema no tiene calles, ni respuestas, ni cobertizos,
como el amor que no tiene puertos,
siempre agotados, braceando sin destino.
Los poemas son dolores que se ciñen a nuestro talle.
Carontes son sus brazos,
avefría que nos huele el invierno por dentro cuando aún creemos sudar vida.

Cada recuerdo se imprime en palabras,
una bestia que acecha, un puntal que se clava en la carne
y que no cesa de tañer la angustia a los sangrantes.

Acostarnos en la violencia, cuando el sabor incrustado en la memoria nos reclama.
Cuando un olor marca el sendero como el buen can que a ciegas vuelve a casa.
Hacer señuelo con nuestra derrota y sentirnos un poco más a salvo.
De eso nos habla el poema cuando perdidos nos encontramos.

Vagaré pues en él,
tendré que hallar la cordura,
definirme ante el vacío.
Siempre una Jeanne Hébuterne enredada entre sus lazos,
tan trágicos.

Cuando ya no quede nada sagrado
y todo sean ardientes calendarios,
posibles bocas como pozos a los que entregarse.
Tan descompuestos cuando la palabra copula con su voz y nace un canto.
Cuando caer en la ranura del olvido es un buscado viaje
que te perfora y te hurga el drama y te ensaliva la memoria que no hace más que derramarse.

Entonces el poema, un pequeño e íntimo holocausto,
perfecta esgrima lírica que tras mucho dolor apenas parece dejar rastro.
 
 
[Julià Roig]


VII.


 
Poema inempezado


No lo entiendo. Si sé que nos hicimos monstruos el uno al otro, terribles bestias de calor empeñadas en empañar cualquier cristal que se nos acercara a menos de un gemido de distancia. No lo entiendo. Si una noche, borrachos como reyes, me cogiste de la mano para meterme en no sé qué edificio oficial y follar en el ángulo muerto de las cámaras de vigilancia. Y girabas la cabeza para mirarme. Y me llamabas hijo de puta. No lo entiendo. Si en cada caricia nos cavábamos con la misma rabia con la que cavan los vencidos delante de las escopetas, si nos mordíamos en un idioma diferente cada vez, si les sacamos los ojos a todos los huracanes que quisieron derribarnos… No lo entiendo. No entiendo que permitamos que lo poco que queda de aquello continúe arrastrándose y pidiéndonos carne. Perro enfermo, exhausto y ciego, que no tenemos el coraje de sacrificar.
 
 
[Francisco de Paula]

















 


sábado, 27 de julio de 2013

HECHURAS SOLO HAY UNAS

NUNCA DEMOS POR DICHA LA ÚLTIMA PALABRA.
Nunca, ni aun cuando reste un solo verso suelto.
O los que veis ahora: 

   1*  'anoche me arranqué la piel
no sabía qué hacer con ella
sólo supe que me sobraba.
pude hundirme en un río de fiebre,
en una ciudad nerviosa,
en una hora de amor atragantada
o fabricar el felpudo en el que la rabia se limpie el barro
cuando te llega oxidada y malhumorada.
anoche me arranqué la piel
porque le faltaban tus yemas,
le faltaba tu boca, los navajazos de tus miradas
y tus dulces y esperados agravios.
había mucha gente en las calles pero no eran nadie.
había mucha sangre pero era otro dolor.
tan escandalosos y libres
tan entregados al responso por la carne.

anoche una mano hurgaba entre mis piernas
no sé de quién era
si tuya, mía o del diablo.
pero hurgaba con vicio, demandaba algo.
tan osada, tan violenta y tan firme.

me arranqué la piel y fueron jirones testigos del ansia.
más tarde me miré en un espejo desconocido
y pude ver mi alma.
no era hermosa pero era verdadera.

déjame ser tu sudario
en esta hora muerta de vertedero
carcajada o arponazo delicioso,
que enfermos en los versos,
expiremos en ellos,
celebrando el deterioro
de las palabras cuando gritan vida en sus posos

que no se pulveriza el amor por la distancia, te digo.
que en rasuradas curvas te deslizaste
sin llegar a romperte pero deseándolo,
tanto, mucho, demasiado
hacia el mar que es un cielo líquido y armado
y hacia el amor que nunca fue un animal alado
siempre sediento, siempre pisoteado.

yacemos incendiados
necesitando en la acrobacia del abrazo, morir un poco
mientras veo gente que no se hace preguntas,
veo gente que tan solo escupe respuestas.

en el bosque, drogada de sueños,
voy a trazar el grito con la anestesia que me da tu boca
que ahoga la realidad, la realidad que es trapo mojado,
soga, patio vacío y desencanto
rompes la camisa de fuerza de los días iguales.
en la rareza del sentimiento bisiesto
que me ofreces y me arrancas,
haces arte

el poema como sendero luminoso
que socava y traza el consuelo
en el vientre de los reptantes.

dame las paredes de tu cuerpo
que haré de ti árbol joven que no conoce vértigo.

dame un resquicio, un punto de apoyo
que yo sacaré del incendio el tesoro.

anoche me arranqué el poema,
quedó una grieta, una calle muerta, un desvelo herido.
me lo arranqué cual astilla en el dedo corazón, con los dientes, lo arrastré hacia fuera.
te lo brindo tan rojo, tan de dentro, tan amputado, tan de amor amotinado.
que no me rindo.'


[missdesastresnaturales. Julia Roig]


2* que si le falta
el rocío
a la mueca de esta noche de mierda
todo habrá sido en vano

una señal, la madre de la poesía
el trino sagrado

sangrado

la voz que me duerme
en un tren
que es un escándalo bajo el mar
como tu boca

amplio sur de mi norte latino
desnudo
enfermo
agrietado sopor en mi dormir privado
la llama de un viento maldito
que no es otra cosa
que un pasado
en la ecuación sexual de nuestros nombres
allí, amordazado, roto en el te necesito
pero te vi danzar en el espíritu del fuego
bautizando mariposas de miles de colores
y estigmas que fueron, al final, mi único poema

que me muero
yo también
en un charco
de amenazas

hoy tuve cenizas
por palabras, disparos de un eco que no fue
un desierto mudo y estilando, eso también tuve
cuando el desamparo

¿sabes?

no

no lo sabes

o lo sabes
y yo no lo sé

me voy a abrir la piel
capa a capa
sangre a sangre
quejido a quejido
hasta verte ascender neutra
al epicentro místico del misterio
ahí, donde sabes lo que callo
y donde callas
lo que nunca debimos saber

[Sarco Lange]


 
3* ('la planicie del valle de mis vicios')
 
 recostado sobre la cama
cada parte de mí no deja de ser cuerpo,
y me recorro mientras prendo un cigarrillo
balanceando las piernas como las páginas de un libro,
un libro de historia que prende de un hilo,
donde lo cosmogónico no existe
y la carne
es el desorden que me atraviesa hasta enquistarme:

y el pelo crece
y los colmillos vuelven.

dármelo todo y trasladarme,
bestia,
hasta el embrutecimiento del placer y del dolor,
sin que nada de ello me sea evacuado.

caminar para visitarme
empapado de orina y manchado de excrementos
y besarme sin escrúpulos,
leerme entero y no por capítulos
y lo más importante
dejarme ser leído hasta el imaginario
donde las caricias borran las cicatrices del mundo.

con el mismo cuidado que se retira la brisa
caminaré hacia un lugar
donde nada se desprecie y todo se profane,
hasta la reserva de la dulce cicuta.

alquilaré una suave habitación
alejada del cielo
y agitada por abrazos y molinos,
inflamando mis embrutecimientos
pues nada me impide satisfacer mis deseos
y mezclarme en el polvo de este último mechón
que destila juventud
y silencio.

mira esta pobre soledad
en qué se ha convertido?
una lágrima como buena ofrenda,
una fresca columna capaz de sostener
al peligroso mañana.

salvo la locura
y parto en dos el gotero de los imposibles,
la estúpida crueldad de querer humanizarse.

animal:
hoy tu corazón se viste de quirófanos
frente a la sangría de la descarnada impureza.
 
[David Mariné]

4* NUEVE LETRAS
Nueve letras construyen la palabra
que me alejan de ti y de tu brisa,
descolgando de tu calle la guirnalda
que adornaba la fiesta de mi risa.
  Me ahogo en la noche, en mil preguntas:
¿dónde estuvo el error?, ¿dónde el descuido?,
prisionero de los actos que me ocultas,
vagando por el mundo sin sentido.
 Siempre igual, vencedores y vencidos,
pagando sentimientos de la vida
con calderilla de amor en el bolsillo.
 Ya ves; no, no me hago a tu partida.
 El as de corazones cuenta herido:
nueve felicidad, nueve despedida.


 [Ceferino Otálora Rubio. Mos desde la orilla]


5* 'Arquitectura'

Nuestra ruina
es la angustia
de un perro
que confundió
su itinerario
regresando
a casa
por calles
mal iluminadas.
Cada esquina
fue el precio
de una espera.
Los charcos
de la ciudad
contenían
la canción
de las tormentas.
El camión
de la basura
tan solo mudó
de espacio
la miseria pequeña
que sobrevivió
a la voracidad
de otro
nuevo día.
Las tuberías
lo retransmitieron;
música oscura
de vómito
llanto y orín.
La bombilla
de nuestro
dormitorio
susurraba
en morse
a las cucarachas
para que pudiesen
abandonar el suelo
a tiempo.
Todo se nos
derrumbaba encima,
mi amor,
incluso las paredes
lo sabían :
las grietas
son una tragedia
que avanza
con la obstinación
de los desiertos.
Ahora sabemos
que la ruina
es el final
de toda
arquitectura.
 
[Jorge Javier Molina Moya]