martes, 2 de abril de 2013

ABRILES. LUZ Y LETRAS (2) Kynikos

'Donde la bóveda se apuntala.   Que el alma se apiade'







arriba, donde la bóveda se apuntala, en la trastienda de la noche rociada de
goteras,
 
la luna se abre la camisa y sus llagas, y saliva en las 7 notas de trompeta,

cristales sucios escaleras arriba, donde babel no alcanza,
como un horizonte vertical,
y monedas gastadas
con la cara oxidada de cruzar la estigia
demasiadas idas y vueltas, 
donde el cuello firme y la vena hinchada,

 los huesos soportando la palidez que los viste
y la sangre que sostiene la cabeza 
y la sangre en la cabeza
para que el desmayo no entorpezca la llamada
a la eternidad,
y la imagen,
que después de atravesar un espejo tan espeso, 
 
tan cansada.

 
que el alma se apiade de nuestros dioses




de palabra y ceniza.
este lenguaje que me oprime,
y sólo recoge el aire de nombrarte, y
no te concibe,
el lenguaje que me queda,
 el que he perdido,

  palabras
que tengo en la punta del olvido;

que el alma se apiade.

 
[KYNIKOS]
 

 

 

 

 









 
 

 
 

 

 


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ABRILES. LUZ Y LETRAS (1) MOS

    Aplicados al hermoso mes, imparable  primavera, franqueamos la entrada a nuestros amigos.   Mos (1)  Kynikos (2)



NUEVE LETRAS

Nueve letras construyen la palabra
que me alejan de ti y de tu brisa,
descolgando de tu calle la guirnalda
  que adornaba la fiesta de mi risa.
Me ahogo en la noche, en mil preguntas:
¿dónde estuvo el error?, ¿dónde el descuido?,
prisionero de los actos que me ocultas,
vagando por el mundo sin sentido.
Siempre igual, vencedores y vencidos,
pagando sentimientos de la vida
con calderilla de amor en el bolsillo.
Ya ves; no, no me hago a tu partida.
El as de corazones cuenta herido:
nueve felicidad, nueve despedida.

Ceferino Otálora Rubio.


AL OTRO LADO DEL RÍO

Te buscaré al otro lado del río,
el remanso del agua no contesta;
pregunté a la lluvia, al sol al frío
y siempre la callada por respuesta.
Aunque sé que existes, no te he soñado,
entre juncos cantabas aquel día;
en mi corcel leguas he galopado,…
¿dónde la hembra?, ¿y la melodía?
Árboles, piedras, orilla, sendero,
aguas cristalinas, campo de mayo,
os lo ruego, decidle que la quiero.
Al otro lado del río me hallo,
vuelve otra vez mujer, aquí te espero
yo, tu gitano, la luna y mi caballo.

[Ceferino  Otálora Rubio]